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martes, 13 de septiembre de 2016

Plan de presión de la petrolera Exxon para que no se apoye al coche eléctrico

Plan de presión de la petrolera Exxon para que no se apoye al coche eléctrico en Reino Unido

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Desde hace muchos años las teorías de la conspiración de las petroleras contra el coche eléctrico han llenado nueva imaginación y algunos documentales. Una posibilidad muy real que ahora se confirma gracias a unos documentos filtrados por el gobierno británico,  donde se muestra que la petrolera Exxon intenta presionar al ejecutivo para que deje de apoyar con incentivos públicos al coche eléctrico.
Según este extenso documento, enviado al Departamento de Transporte británico (DfT) para Exxon el coche eléctrico no es la mejor forma de lograr una reducción de las emisiones contaminantes.
Unos objetivos que marcan un camino que debe llevar a una reducción del 60% de las emisiones de efecto invernadero para 2050 y que desde diferentes organizaciones, se ha indicado no será posible alcanzar sin acelerar las políticas en sectores precisamente como el coche eléctrico y las energías renovables.

Pero para la petrolera, esa no es la solución, y apelan a un argumento que ya ha sido usado en su momento por otras industrias como la del tabaco. Según el documento de Exxon, las políticas del gobierno deben centrarse en “datos científicos sólidos”. Una alusión a la controversia sobre el cambio climático que desde la industria del petróleo se intenta desacreditar para evitar precisamente la intervención pública.
También y que indica que el intervencionismo público en cuanto a las nuevas formas de movilidad debe evitarse, y dejar que sea el mercado el que seleccione cual es la mejor opción de transporte. En otras palabras, el gobierno no debería ofrecer ayudas a la compra, ni promover la expansión de una red de recarga, ni tampoco promover otros sistemas tradicionalmente ligados al petróleo, como el gas natural y el hidrógeno.
Para la petrolera, de momento la mejor opción para movernos siguen siendo los combustibles líquidos, mientras que tanto los biocombustibles, como los propios vehículos eléctricos, no están preparados para una producción masiva. Según Exxon “A corto plazo otros sectores son propensos a ofrecer soluciones de reducción de CO2 rentables más directo en el sector del transporte“.

Está claro que este documento denota que hay algo de preocupación en el sector petrolero. Un sector ligado a fuertes inversiones y una rentabilidades muy dependientes de las fluctuaciones del mercado. Unas fluctuaciones más o menos controladas hasta el momento, pero que pueden saltar por los aires si el coche eléctrico se convierte en una alternativa de uso masiva.
No es para menos, y es que las ventas de este tipo de coches ha pasado de apenas 6.000 unidades en 2009, a los 1.2 millones de unidades en 2015. Un crecimiento que posiblemente se quede pequeño en un par de años con el desembarco de los modelos de segunda generación, que marcarán una explosión de ventas al llegar el coche eléctrico a un arco de clientes cada vez más amplio.
Una filtración que nos indica que aunque podríamos mejorar, vamos por el buen camino.

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