Buscar

viernes, 31 de marzo de 2017

Nota de opinion: En California, el futuro de los autos aún es eléctrico



En California, el futuro de los autos aún es eléctrico
En cada nivel el estado está preparándose para una adopción amplia de vehículos eléctricos. Y está listo para luchar contra el presidente Trump.
No hay ni la menor duda: los próximos cuatro años debilitarán las acciones de EEUU en cuanto al cambio climático.
 Resultado de imagen para california

En una reciente reunión con fabricantes de automóviles en que prometió revocar regulaciones ambientales, el presidente Donald Trump declaró: “En gran medida yo soy un ambientalista”. He aquí esa medida: Trump ha mostrado pocas señales que marchará atrás en su negación del cambio climático. Ha nombrado a un gabinete lleno de líderes que están totalmente de la parte de la industria petrolera: Rex Tillerson (antiguo presidente y CEO de ExxonMobil) ha sido designado como el Secretario del Estado. Scott Pruitt, fiscal general de Oklahoma que niega la existencia del cambio climático y basó su carrera en entablar demandas con la Agencia de Protección Ambiental en cuanto a normas de reducción de emisiones y objetivos de energía limpia, ahora encabezará esa misma agencia. Y esta semana la administración estableció una suspensión general de todas las subvenciones de la Agencia de Protección Ambiental, además de que se les prohibió a sus empleados comunicarse con los medios.
Pero el ímpetu detrás de vehículos eléctricos —uno de los símbolos más prometedores de la reducción de emisiones— está aumentando. Esto resulta particularmente cierto en California, la cual está creando planes para combatir a la administración federal en la mayoría de los asuntos concebibles, particularmente el clima. “California no retrocederá”, dijo el gobernador Jerry Brown durante su informe anual sobre las condiciones del estado mientras que la audiencia lo aplaudía. “No ahora, ni nunca”.
¿Será suficiente para combatir la postura regresiva de la nueva administración sobre el medioambiente?

Las condiciones del mercado
Los vehículos eléctricos modernos son más caros que los autos tradicionales que usan gasolina y además tienen una menor autonomía. Pero también tienen grandes ventajas, escribe Joe Romm en ThinkProgress, entre ellas “aceleración más rápida, menores costos de mantenimiento y cero emisiones por el tubo de escape”. Los autos eléctricos sí tienen emisiones cuando dependen de energía de plantas eléctricas basadas en carbón, pero eso está mejorando a medida que se extienden fuentes energéticas más limpias. También está el asunto del impacto total de carbono de vehículos eléctricos a lo largo de sus vidas útiles. Pero por lo general, en comparación con hasta los autos de gasolina con la mayor eficiencia en cuanto a combustible, los modelos más recientes de vehículos eléctricos son mucho más limpios.
La administración Obama invirtió bastante en el desarrollo del sector privado de baterías de mayor duración para los vehículos eléctricos. Además, el gobierno federal ayudó a subvencionar las compras de estos autos con la devolución de impuestos. En 2011 Obama pronosticó (o en realidad, esperaba ver) que hubiera un millón de vehículos eléctricos en las calles en 2015. Esto no sucedió; en realidad, las ventas generales descendieron en 2015 después de unos cuantos años de crecimiento muy modesto.
Pero en 2016 se estableció una marca de ventas de vehículos eléctricos y el mercado general creció en un sólido 30%. Gracias a las inversiones en investigaciones sobre vehículos eléctricos durante la época de Obama, está bajando el costo de estos autos y su autonomía y desempeño siguen mejorando a medida que la tecnología de baterías avanza rápidamente. Mientras tanto, los mercados globales de vehículos eléctricos están acelerando rápidamente. Y con unos 400,000 depósitos ya recibido para el Model 3 de Tesla —un sedán totalmente eléctrico de 35,000 dólares que supuestamente se lanzará este año— más la venta de casi 600 Chevy Bolts —el primer vehículo eléctrico de GM que se haya construido especialmente para el consumo masivo— durante su primer mes en el mercado, este año podría representar un gran avance para el mercado estadounidense de vehículos eléctricos.
El sueño eléctrico de California
Es probable que los mayores aumentos numéricos en ventas se den en California, lo cual tiene bastante sentido: aquí en el estado más populoso ya se encuentran aproximadamente la mitad de todos los vehículos eléctricos en EEUU. Hace mucho que California ha llevado la delantera en EEUU en cuanto a sus restricciones ecológicas sobre la industria de autos, entre ellas un requerimiento reciente que obliga a los fabricantes a vender cierta cantidad mínima de vehículos eléctricos cada año. California también utiliza fondos de su sistema de derechos de emisión ( cap and trade) para financiar estímulos fiscales para compradores potenciales de vehículos eléctricos o vehículos híbridos, los cuales complementan créditos federales.
Pero el Estado Dorado ha tenido sus propios retos para cumplir con metas ambiciosas de la electrificación. En 2013 el gobernador Jerry Brown puso una meta de tener 1.5 millones de vehículos eléctricos en las calles para 2025, lo cual consistiría en más o menos un 15% de los nuevos vehículos vendidos en el estado. Pero el porcentaje de autos eléctricos o híbridos en el mercado se ha mantenido en sólo 3% durante los últimos años.
Los obstáculos son los mismos que plagan al mercado nacional. Primero que nada, existe una falta de conciencia. Según una encuesta realizada en 2016 por la Unión de Científicos Preocupados, más de un 75% de los conductores californianos no saben de los estímulos fiscales para autos eléctricos y casi un 80% no sabía de los créditos fiscales federales. En combinación con los precios tradicionalmente altos de vehículos eléctricos, esta ignorancia en cuanto a los créditos ha alejado a muchos consumidores. Y con los bajos precios de gasolina, han seguido comprando vehículos normales. Además, la 'ansiedad sobre la autonomía' —el miedo de conducir distancias largas sin una estación de carga a la vista— sigue siendo un problema para muchos, a pesar del hecho que un 60% de las casas estadounidenses tienen acceso a la energía requerida para cargar un auto eléctrico. Y casi un 70% de los conductores manejan menos de 60 millas al día. Los críticos también dicen que el estado podría estar haciendo mucho más para incentivar a los compradores potenciales de los vehículos eléctricos.
Empresas de servicios públicos preparan infraestructura para vehículos eléctricos
California les hizo caso a las críticas. Y en el último año ha tomado grandes pasos para hacer que los vehículos eléctricos sean mucho más prominentes —y viable a nivel financiero— para clientes en todo tipo de comunidades. Primero, está supervisando inversiones grandes para expandir la infraestructura de carga de parte de sus tres compañías más grandes de electricidad.
Anteriormente se les había prohibido a las compañías de servicios públicos en California a construir infraestructura para cargar vehículos eléctricos. Entonces compañías como ChargePoint y Blink instalaron estaciones de carga en edificios de oficinas, departamentos, aeropuertos y en estacionamientos en todo el estado. Pero la red aún es bastante pequeña y el costo de usar estas estaciones —las cuales frecuentemente están en mal estado— también es sorprendentemente alto. Y dado que la mayoría de las estaciones están concentradas en áreas con niveles relativamente altos de propiedad de autos eléctricos, una conciencia más amplia de estos vehículos no se ha creado.
Al identificar la brecha en el mercado, la Comisión de Servicios Públicos de California revirtió su prohibición de la construcción de estaciones de carga por empresas de servicios públicos. En 2016 el estado aprobó planes de Southern California Electric, Pacific Gas and Electric, y San Diego Gas and Electric —los cuales colectivamente representan un 75% del suministro eléctrico del estado— de implementar 12,500 estaciones de carga en oficinas y en edificios de departamentos en todo el estado. Estas estaciones se centrarán en autos privados y servirán de programa piloto para influir implementaciones todavía más grandes en el futuro.
Y hay más: a finales de la semana pasada, estas empresas de servicios públicos entregaron propuestas adicionales para hacer que California se acerque más a sus metas en cuanto a vehículos eléctricos. Estos han pedido más de 1,000 millones de dólares de inversiones en infraestructura para la electrificación. Cada empresa de servicio público tiene un plan un poco diferente que refleja las necesidades de sus regiones particulares, pero las tres sí enfatizan la electrificación de vehículos pesados (como camiones de reparto, montacargas, autobuses escolares y vehículos para el transporte público), los cuales tienen un impacto gigante en las emisiones generales. Los contribuyentes probablemente serán los que pagarán estas expansiones, entonces ahora los reguladores estatales tienen que sopesar los costos y los beneficios. Los detalles cambiarán, pero se puede decir sin temor a equivocarse que los californianos pronto podrán esperar más vehículos limpios tanto para estudiantes y trabajadores industriales como para los que simplemente viajan diariamente a sus trabajos.
¡Vehículos eléctricos para todos!
Uno de los elementos más prometedores de los planes de las empresas de servicios públicos es su foco de atención en la igualdad. Al igual que otros estados, California ha sido criticada (con razón) por las grandes brechas demográficas en ventas de vehículos eléctricos: según investigaciones recientes de la Universidad de California en Berkeley, las personas que han recibido reembolsos del estado han sido casi unánimemente blancos y acaudalados aunque, en general, el estado de California no es así. El estado ha creado unos cuantos programas especiales de reembolso que se han dirigidos hacia las comunidades de ingresos moderados, pero estos no han tenido mucho impacto debido a financiamiento limitado y divulgación inadecuada.
Esto quizás este cambiando. En noviembre California impuso un límite basado en ingreso en sus programas de incentivos como una medida para reservar la plata para compradores que realmente puedan usarla y también aumentaron los mismos reembolsos. Y de las 7,500 nuevas estaciones de carga que Pacific Gas and Electric planea construir, por lo menos un 15% estará ubicado en comunidades necesitadas. En el caso de las 5,000 estaciones que construirán Southern California Electric y San Diego Gas and Electric, un 10% se encontrarán en comunidades de bajos ingresos. Dado que vecindarios de minorías de bajos ingresos sufren de la contaminación más que nadie, un nivel más alto de adopción de vehículos eléctricos en esas áreas podría rendir beneficios para la calidad local del aire.
Las ciudades de la Costa Oeste también están tomando la adopción de vehículos eléctricos en serio, con la meta de asegurar la igualdad. Los Ángeles está avanzando con planes para implementar un programa de compartir autos eléctricos que se dirigirá hacia comunidades de menores ingresos con mayor contaminación ambiental. Los vecindarios alrededor del centro de Los Ángeles, Westlake, MacArthur Park y Koreatown recibirán 200 estaciones de carga y 100 vehículos eléctricos compartidos que una empresa privada de compartir autos operará con un costo bajo para los clientes. Con esta convergencia de movilidad compartida, autos con cero emisiones e igualdad, el programa es el primero de su tipo.
Los Ángeles también fue una de cuatro ciudades que enviaron un pedido masivo a la industria de automóviles en que exigieron más vehículos eléctricos. A principios de enero 2017, los alcaldes de Los Ángeles, San Francisco, Portland y Seattle colectivamente preguntaron a fabricantes sobre el costo de una flota de 24,000 vehículos eléctricos con fines municipales que repartirían entre sus ciudades. Su carta fue el primer pago en un proceso más largo de ofertas y no especificó qué tipos de vehículos se necesitan (¿autos de la policía? ¿camiones de basura? ¿autobuses?). Pero el gesto señaló un compromiso local amplio con los vehículos eléctricos y la profundidad potencial del poder adquisitivo de estas ciudades.
California está agitando unas brillantes banderas verdes ante consumidores y fabricantes que indican que el futuro será electrificado. Los demás estados que han subvencionado e invertido en el creciente mercado de vehículos eléctricos está observando lo que está pasando con California, particularmente ahora que la visión del estado está bajo ataque por la nueva administración. Scott Pruitt —el designado administrador de la Agencia de Protección Ambiental— ha aclarado su intención de 'revisar' las reglas estrictas de California en cuanto a emisiones de auto, las cuales son vigentes no sólo en California sino también en varios otros estados. Pruitt también revisará las exenciones federales que permiten que California imponga reglas bien estrictas sobre la calidad del aire. Según se informa, a algunos fabricantes de autos les encanta la idea de normas federales retrotraídas.
Por ahora, la influencia de California en el mercado de autos sigue siendo fuerte: aproximadamente uno de cada 8 vehículos ligeros registrados en EEUU están en el Estado Dorado. Su masiva construcción de infraestructura y aumentos de incentivos podrían ayudar a incrementar el acceso y estimular la demanda para motores eléctricos. Y que no quepa ni la menor duda de que las autoridades a cargo de la calidad del aire están listas para pugnar con Pruitt: “No se puede atajar el progreso de la industria” fue lo tuiteó la semana pasada Mary Nichols, presidente del Consejo de Recursos del Aire de California. “La conclusión es inevitable: el futuro vehicular de California es la conducción eléctrica”. Trump no podrá ponerle fin al arranque del transporte limpio sin una lucha muy sucia.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.

No hay comentarios:

Publicar un comentario