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lunes, 8 de junio de 2020

¿Son las celdas de BYD el futuro del coche eléctrico?

¿Son las celdas de BYD el futuro del coche eléctrico?

El fabricante chino BYD sorprendió al mundo con la presentación de sus nuevas baterías «Blade». Una propuesta radicalmente diferente que nos propone unas celdas extra largas que pueden contar con un tamaño por unidad de entre 60 centímetros y 2.5 metros, y que además cuentan con otros puntos a su favor como es su bajo coste, su gran vida útil y su elevado nivel de seguridad. Frente a estas nos encontramos con baterías cilíndricas o en bolsa que están formadas en algunos casos por miles de pequeñas celdas interconectadas. La pregunta es ¿se popularizarán las celdas de BYD en los próximos años?
 

Sobre el papel todo haría indicar que si. Su concepción extremadamente sencilla, prescindiendo de los módulos y elevando su densidad energética, hace de esta tecnología de litio-ferrofosfato un sistema veterano pero que se ha logrado renovar gracias al nuevo enfoque de BYD.
Por un lado se componen de elementos económicos, prescindiendo del cobalto, lo que junto a su mayor facilidad de ensamblado hace que su coste se reduzca de forma sustancial respecto a las modernas pero costosas baterías. Un coste que se estima ya está por debajo de los 100 dólares en kWh en pack. Algo que el resto de celdas logran en el mejor de los casos en celda, pero que luego deben añadir los costes del ensamblado en el vehículo.
La gran pregunta sobre esta tecnología es si será adecuada para todo tipo de vehículos. Como recordamos, BYD estrenará estas celdas en la berlina Han. Un modelo de casi cinco metros de largo que contará con packs de 65 kWh y 77 kWh. Una cantidad que no tendrá problemas en alojar en sus 2.920mm de distancia entre ejes, pero un modelo que no representa un segmento de volumen importante siendo principalmente un nicho para demostrar tecnologías que luego se apliquen a modelos más populares.
 65 kWh, tiene las siguientes características:
 

Si añadimos el peso del pack y su conjunto, entonces la cifra de la versión de 64 kWh podría llegar a unos teóricos 459 kilos, mientras que la de 77 kWh lo haría hasta los 540 kilos.
Cifras que nos indicaría que estamos ante un tipo de batería que si podría ser utilizado en modelos más compactos, aunque posiblemente tendría alguna limitación con los vehículos más compactos. Como ejemplo los 430 kilos de peso del pack de Opel Ampera-e. Un modelo de 4.16 metros de largo donde se podría instalar sin mayores problemas la batería de 65 kWh con celdas de BYD.
El resultado sería un modelo con una batería capaz de ofrecerle más de 400 kilómetros de autonomía EPA, compatible con recargas ultra rápidas, dotado de una química más resistente y menos dependiente de los sistemas de refrigeración. Algo que tiene su impacto directo en un coste que se colocaría ya este mismo año en torno a los 80 dólares el kWh en pack, lo que traducido significaría que la batería de 65 kWh costará unos 5.200 dólares.
 Tal vez la parte más importante es que hablamos de unos precios muy competitivos para las baterías de BYD, pero que apenas han comenzado a beneficiarse de la economía de escala. Algo que nos avisa de que con una producción masiva, incluyendo acuerdos de suministro con otras marcas, se logrará un precio del kWh incluso más competitivo a corto plazo.

Fuente:  https://forococheselectricos.com/

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