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miércoles, 28 de diciembre de 2016


Londres apuesta de forma definitiva por los autobuses eléctricos.

Todos los nuevos modelos serán cero emisiones


Las capitales europeas están concienciadas de que el transporte público es uno de los principales causantes de la enorme contaminación que por norma general caracteriza las zonas más populares. Y dentro del transporte, los autobuses se llevan una buena parte de la culpa.
A pesar de esto, las autoridades de momento están limitando, salvo excepciones, las adquisiciones de modelos alternativos a pequeñas compras con un objetivo más publicitario que realmente operativo. Pero Londres quiere cambiar esa dinámica, y se ha puesto un objetivo realmente ambicioso. Que todos los autobuses del la zona centro de Londres serán de cero emisiones.
Así al menos se desprende de las declaraciones del nuevo alcalde de Londres, Sadiq Khan. Durante un evento público ha afirmado que todos los nuevos autobuses de la capital del Reino Unido serán de cero emisiones. Una normativa que por el momento solo afectará a autobuses de un solo piso, pero que se ampliará a los de dos pisos en 2018.
Las declaraciones se realizaron durante la presentación del primer autobús de dos pisos del mundo impulsado por pila de combustible de hidrógeno, el cual será probado en Londres en 2017. Si todo va bien, el consistorio tiene intención de añadir 20 autobuses de hidrógeno en los años venideros.




La historia entre Londres y los autobuses a hidrógeno no es algo nuevo. Las primeras pruebas de este tipo de vehículos empezaron en 2003, y han estado dando servicio regular en la ruta RV1 desde 2010. En los últimos años también se incorporaron algunos modelos de dos pisos, además de más de 50 autobuses 100% eléctricos. Incluso la vasca Irizar tiene en pruebas dos autobuses eléctricos en la ciudad.
El plan de Londres es añadir alrededor de 300 nuevos autobuses de cero emisiones a su flota antes de 2020, que se sumarían a los cerca de 80 que tiene la ciudad actualmente en uso.
Estos objetivos son parte de un plan para limpiar el aire de la ciudad, el cual tiene un calidad bastante mala de la que el tráfico rodado es el principal causante. Una contaminación que aumenta las enfermedades cardiorrespiratorias de los ciudadanos.
En el mismo sentido, la ciudad también tiene planes para cambiar sus taxis “black cab” a otros más limpios. De 2018 en adelante, por ejemplo, todas las nuevas licencias de taxi solo serán entregadas a taxis que sean capaces de circular en modo cero emisiones.

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