La suciedad de los autos eléctricos limpios está bajo el capó
Bajo el capó de millones de los impolutos autos eléctricos que circulan por las calles del mundo, en los próximos cinco años habrá una batería sucia.
Todas
 las grandes automotrices tienen planes de fabricar vehículos eléctricos
 para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pero sus 
proveedores por lo general están produciendo baterías de iones de litio 
en lugares que tienen algunas de las redes eléctricas más contaminantes 
del mundo.
Para
 2021, habrá capacidad para fabricar baterías para más de 10 millones de
 autos que funcionarán con paquetes de 60 kilovatios/hora, de acuerdo 
con los datos de Bloomberg NEF. La mayor parte de la oferta provendrá de
 lugares como China, Tailandia, Alemania y Polonia, que recurren a 
fuentes no renovables como el carbón para generar electricidad.
“Nos
 enfrentamos a una ola de emisiones adicionales de CO2”, dijo Andreas 
Radics, socio gerente de la consultora del sector automotor con sede en 
Múnich Berylls Strategy Advisors, que sostiene que por ahora los 
conductores de Alemania o Polonia estarían mejor con un motor diésel 
eficiente.
Esas
 conclusiones, que están entre las menos optimistas que circulan, 
muestran que, si bien los autos eléctricos no generan emisiones en la 
calle, sin embargo descargan gran parte del dióxido de carbono de los 
autos tradicionales.
Sólo
 la fabricación de cada batería de auto –que pesa más de 500 kilogramos 
(1.100 libras) en el tamaño para los vehículos utilitarios deportivos- 
emitiría hasta 74 por ciento más de CO2 que producir un auto 
convencional eficiente si se la produce en una fábrica que utiliza 
combustibles fósiles en un lugar como Alemania, según las conclusiones 
de Berylls.
Sin
 embargo, los reguladores no han dictado pautas claras sobre las 
emisiones de carbono aceptables durante el ciclo de vida de los autos 
eléctricos, aun cuando países como China, Francia y el Reino Unido 
avanzan hacia la prohibición de los motores de combustión.
“Todo
 dependerá de dónde se fabrique la batería, cómo se la fabrique e 
incluso de dónde se reciba la energía eléctrica”, dijo Henrik Fisker, 
máximo responsable y presidente de Fisker Inc., desarrollador de 
vehículos eléctricos con sede en California.
Para
 poner las cosas en perspectiva, conviene saber que el dueño promedio de
 un auto alemán podría conducir un vehículo a gasolina durante tres años
 y medio, o más de 50.000 kilómetros, antes de que un Nissan Leaf con 
una batería de 30 kWh lo supere en cuanto a emisiones de dióxido de 
carbono en un país con mucho carbón, muestran los cálculos de Berylls.
“No
 es un gran cambio pasar del diésel a la energía alemana basada en el 
carbón”, dijo el CEO de NorthVolt AB, Peter Carlsson, exgerente de Tesla
 que está tratando de construir en Suecia una fábrica de baterías de 
4.000 millones de euros (US$4.600 millones) que funcionaría con energía 
hidroeléctrica. “Los autos eléctricos serán mejores en todos los 
aspectos pero, obviamente, cuando las baterías se fabrican en un sistema
 eléctrico basado en el carbón, llevará más tiempo” superar a los 
motores diésel, explicó.
Fuente:   (Bloomberg) -
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