Diseño para baterías de estado sólido
3 junio - 2025
Por: Alan Earls Para: https://www.electronicdesign.com/
A medida que la industria de los vehículos eléctricos (VE) avanza hacia una mayor eficiencia y autonomía, las baterías de estado sólido (SSB) se han convertido en una de las tecnologías más prometedoras. Estas baterías avanzadas son elogiadas por su potencial para ofrecer una densidad energética significativamente mayor, tiempos de carga más rápidos, mayor seguridad y una vida útil más larga en comparación con las baterías tradicionales de iones de litio.
Sin embargo, a pesar de sus ventajas, las baterías de estado sólido se encuentran en gran medida en la fase de investigación y piloto, con varias barreras técnicas y económicas que impiden su comercialización generalizada. Aun así, es importante que los diseñadores de VE aprovechen su potencial y, aún más importante, estén preparados con diseños que puedan adaptarse a las baterías de estado sólido cuando sean comercialmente viables.
Vanguardia: ¿Quién lidera el cambio?
Diversas empresas importantes están ampliando los límites del desarrollo de baterías de estado sólido. Toyota, por ejemplo, anunció planes para lanzar vehículos eléctricos de estado sólido a partir de 2027. La compañía afirma que sus prototipos pueden ofrecer más de 1000 km de autonomía y recargarse en tan solo 10 minutos, un ambicioso avance que aún se encuentra en fase de pruebas reales.
Mientras tanto, QuantumScape, con sede en EE. UU., está desarrollando baterías de estado sólido de litio-metal con electrolito cerámico. Los resultados de laboratorio son prometedores, indicando la capacidad de alcanzar una carga del 80 % en aproximadamente 15 minutos y alcanzar densidades de energía superiores a 400 vatios-hora por kilogramo. Solid Power, con el apoyo de los gigantes automotrices BMW y Ford, lanzó la producción piloto de celdas de 100 amperios-hora diseñadas para la integración y prueba de vehículos.
Otros pesos pesados de las baterías, como CATL, LG Energy Solution y Samsung SDI, están explorando diseños híbridos que combinan electrolitos sólidos y líquidos, con el objetivo de crear una transición más fluida de la tecnología actual de iones de litio a sistemas completamente de estado sólido.
¿Cuáles son los avances e innovaciones?
El uso de ánodos de litio-metal es fundamental para alcanzar las altas densidades energéticas que prometen los SSB. Paralelamente, los investigadores están desarrollando una gama de electrolitos sólidos (basados en sulfuro, óxido y polímero), todos los cuales ofrecen ventajas y desventajas distintivas en términos de conductividad, facilidad de fabricación y estabilidad química.
Un enfoque técnico clave sigue siendo la supresión de dendritas. Las dendritas (formaciones de litio con forma de aguja) pueden crecer durante la carga, lo que podría provocar un cortocircuito en las baterías. Los diseños de estado sólido no son inmunes, pero parecen ser mejores para controlar o incluso eliminar el crecimiento de dendritas, lo que ofrece una importante ventaja de seguridad potencial sobre las celdas convencionales.
¿Cuáles son las barreras para la adopción masiva?
A pesar de los avances, persisten importantes obstáculos. Uno de los más significativos está relacionado con los materiales utilizados. Si bien los electrolitos de sulfuro ofrecen una excelente conductividad iónica, son extremadamente reactivos con el aire y la humedad, lo que hace que su fabricación sea compleja y costosa. La resistencia de la interfaz entre el electrolito sólido y los materiales del electrodo también puede aumentar con el tiempo, lo que reduce la eficiencia y la vida útil de la batería.
Otro desafío radica en gestionar los cambios de volumen durante el ciclo de la batería (véase la figura). Estas expansiones y contracciones introducen tensión mecánica en las interfaces electrodo-electrolito, lo que puede provocar grietas y, con el tiempo, una degradación del rendimiento.
Las baterías de iones de litio experimentan mayores fluctuaciones de volumen durante los ciclos de carga y descarga en comparación con las baterías de estado sólido.
En cuanto a la producción, las baterías de estado sólido requieren una infraestructura de fabricación completamente nueva, desde salas secas hasta sistemas de control de calidad de alta precisión. Escalar del laboratorio a la fábrica es un proceso delicado y costoso, que se complica aún más por la extrema sensibilidad de los materiales. Actualmente, se estima que los costos de producción de las baterías de estado sólido son entre el doble y el triple que los de las baterías de iones de litio convencionales.
Y aunque es menos probable que se formen dendritas en electrolitos sólidos, no se eliminan por completo. Bajo altas densidades de corriente, las dendritas de litio aún pueden penetrar los límites de grano, lo que supone un riesgo de cortocircuitos y reduce la vida útil.
¿Cuáles son los indicios de progreso hasta la fecha?
A pesar de estos desafíos, la industria ya ha alcanzado varios hitos importantes. Empresas como QuantumScape y Solid Power han demostrado celdas de estado sólido capaces de realizar más de 800 a 1000 ciclos de carga y descarga en condiciones de laboratorio. Además, ambas compañías han entregado celdas multicapa tipo bolsa a fabricantes de equipos originales (OEM) para realizar pruebas en vehículos, lo que indica una creciente disponibilidad para aplicaciones en el mundo real. Recientemente, Stellantis y Mercedes anunciaron nuevos logros.
La densidad energética, un parámetro clave para el rendimiento de las baterías de vehículos eléctricos, ha superado los 350 a 400 Wh/kg en celdas prototipo. Esto representa una mejora significativa respecto a los 250 a 280 Wh/kg habituales en las baterías de iones de litio actuales.
¿Qué necesitan saber los ingenieros eléctricos?
Las baterías de baterías de un solo uso (SSB) pueden operar con diferentes voltajes y perfiles térmicos que las de iones de litio. Por lo tanto, la gestión térmica debe contemplar una generación de calor potencialmente menor, pero una refrigeración menos pasiva (debido a un empaquetado más denso); en otras palabras, un problema diferente, aunque potencialmente no menos desafiante.
Estas consideraciones surgen de las diferencias en los materiales, el comportamiento de carga, la densidad energética y las características de seguridad. Es un tema conocido, pero con algunos factores nuevos importantes que no se pueden ignorar:
¿Cuáles son las consideraciones de diseño térmico?
Las baterías de estado sólido suelen generar menos calor durante la carga y la descarga debido a su menor resistencia interna y a la reducción de reacciones parásitas. Sin embargo, las aplicaciones de alta potencia y la carga rápida aún pueden producir un calentamiento localizado considerable, especialmente cerca de la interfaz entre el electrolito sólido y el electrodo.
Además, las baterías de estado sólido (SSB) pueden presentar puntos calientes localizados, especialmente donde el contacto de la interfaz es deficiente o donde la densidad de corriente es alta. La menor conductividad térmica del electrolito sólido (en comparación con los electrolitos líquidos) puede provocar la acumulación de calor en ciertas regiones.
Estos factores implican que los sistemas de gestión térmica (TMS) podrían necesitar adaptarse. La refrigeración pasiva puede ser suficiente en algunas aplicaciones de SSB de baja potencia, pero los vehículos eléctricos probablemente requerirán sistemas de refrigeración activos (aire, líquido o materiales de cambio de fase). Las estrategias de refrigeración podrían tener que cambiar del flujo de fluido masivo a la extracción de calor localizada (por ejemplo, tubos de calor o aletas integradas).
Las baterías de estado sólido (SSB) suelen tener diferentes rangos de temperatura de funcionamiento en comparación con las baterías existentes. Por ejemplo, algunos electrolitos sólidos (especialmente sulfuros) funcionan mejor por encima de temperaturas ambiente (por ejemplo, 40 a 60 °C) para lograr una conductividad óptima, mientras que otros (por ejemplo, ciertos polímeros u óxidos) requieren preacondicionamiento térmico o elementos de calentamiento, especialmente en climas fríos.
¿Cuáles son algunas consideraciones de diseño eléctrico?
Para optimizar el rango de voltaje y la eficiencia, algunos SSB pueden operar a voltajes nominales y pico más altos. Esto puede requerir la reingeniería de inversores, convertidores CC-CC y sistemas de gestión de baterías (BMS).
Una mayor densidad de energía implica que, para el mismo volumen del paquete, puede requerirse más corriente durante un alto consumo de energía. Por lo tanto, las barras colectoras, los contactores y las interconexiones deben optimizarse para lograr una menor resistencia y mínimas pérdidas inductivas.
Como se mencionó, la mayor densidad de energía y voltaje podrían suponer un desafío para los BMS existentes. Como mínimo, podrían necesitarse nuevos algoritmos para la estimación y el balanceo del estado de carga (SOC). Tanto los algoritmos de estimación del SOC como del estado de salud (SOH) deben actualizarse, ya que los SSB presentan diferentes perfiles de voltaje y mecanismos de degradación. En particular, la monitorización debe ser más sensible a los gradientes de temperatura, la degradación mecánica (p. ej., pérdida de contacto de la interfaz) y los cambios de presión en el paquete.
Debido a los requisitos de aislamiento y dieléctricos, las celdas de estado sólido de alto voltaje pueden requerir un mejor aislamiento eléctrico y barreras dieléctricas, especialmente al utilizar electrolitos sólidos delgados, propensos a perforarse o romperse.
Por el contrario, la interfaz electrodo-electrolito en las baterías de estado sólido (SSB) suele presentar mayor resistencia que en los sistemas líquidos, especialmente si no está bien adherida. Por lo tanto, el diseño debe incluir la aplicación uniforme de presión en las celdas, una discrepancia mínima en los coeficientes de expansión/contracción y, en general, la incorporación de estructuras de compresión o sistemas de resortes en el diseño del módulo.
¿Por qué son tan cruciales los sistemas de compresión?
Las estructuras de compresión no pueden descuidarse. Estas estructuras son necesarias para mantener la presión de contacto interna, ya que en las baterías de estado sólido, un buen contacto físico entre el electrolito sólido y los materiales del electrodo es esencial para una transferencia de iones eficiente. A diferencia de los electrolitos líquidos, que fluyen para rellenar los huecos, los componentes sólidos deben presionarse entre sí para mantener una baja resistencia interfacial.
La compresión garantiza un contacto continuo durante los ciclos de expansión/contracción, previene la separación o las holguras que pueden aumentar la resistencia o causar fallos en la batería, y compensa las tolerancias de fabricación o los desajustes de expansión térmica.
Durante la carga y la descarga, tanto las celdas tradicionales como las de estado sólido experimentan una ligera expansión y contracción mecánica. Sin una gestión adecuada de la presión, las celdas pueden agrietarse o experimentar separación de capas, lo que puede provocar una pérdida de capacidad y una reducción de la vida útil. Los marcos o resortes de compresión absorben estos cambios y distribuyen la fuerza uniformemente entre todas las celdas.
Finalmente, estas estructuras contribuyen a mejorar la integridad estructural y la seguridad, ya que las baterías deben soportar vibraciones e impactos causados por las condiciones de la carretera o los choques, los ciclos térmicos de la conducción y la carga rápida, y la deformación relacionada con el envejecimiento.
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