El interruptor magneto térmico rearmable cumple 100 años
Desde hace 100 años, el primer interruptor magnetotérmico rearmable ha jugado un papel fundamental en la seguridad eléctrica, marcando un hito en la historia de la tecnología. Este innovador interruptor del circuito ha sido esencial en la protección contra incendios en edificios residenciales, donde aproximadamente una cuarta parte de todos los incendios ocurren y en la protección eléctrica en general. La capacidad de estos interruptores para detectar defectos eléctricos como cortocircuitos y sobrecargas y desconectar el circuito en solo 10 milisegundos—diez veces más rápido que un parpadeo—es crucial. A continuación se cuenta quien fue su ideólogo y cómo fue su historia de desarrollo y concreción práctica.
Hugo Stotz nació en Stuttgart el 14 de julio de 1869. Realizó sus estudios de ingeniero eléctrico en Maschinenfabrik Esslingen (fue una empresa de ingeniería alemana que fabricaba locomotoras, tranvías, vagones de ferrocarril, puentes, estructuras de acero, bombas y calderas). En esta empresa, se familiariza con un sistema de iluminación eléctrica. En 1887, Stotz, que sólo tenía 18 años, recibió de su empresa el encargo, en Venecia, de suministrar electricidad a una manzana entera de casas mediante una pequeña central eléctrica.
En 1889 murió su padre Emil Stotz y Hugo se mudó con su madre Auguste en 1891 a Mannheim. Allí fundó junto con un socio la empresa "Moyé und Stotz, Gürtlerei und Posamente, Vertretung der Maschinenfabrik Esslingen". La joven empresa convierte lámparas de gas y queroseno para funcionamiento con electricidad y construye estaciones para suministrar electricidad a casas individuales y empresas comerciales, ya que en Mannheim todavía no existe ninguna central eléctrica. Stotz utilizó máquinas de vapor de Heinrich Lanz para impulsar los dinamos.Tras la marcha de su socio Moyé en 1896, Hugo Stotz cambió el nombre de su empresa a "Stotz & Cie. Elektrizitätsgesellschaft m.b.H." Gracias a la creciente electrificación de hogares y empresas, el negocio tiene tanto éxito que en 1901 Stotz traslada su empresa a su propio edificio residencial y comercial, donde no sólo instala una tienda, sino también una herrería, un taller mecánico y un laboratorio.
Stotz desarrolla su propio equipamiento técnico y fabrica materiales de instalación, como interruptores y enchufes. Su empresa crece rápidamente, especialmente gracias a la instalación de sistemas de iluminación. La empresa abre cada vez más sucursales y, finalmente, emplea a 300 instaladores. Stotz electrifica pueblos enteros, pero su intereses es concentrarse nuevamente en el desarrollo de electrodomésticos. Por ello, en 1912 vendió el departamento de instalación a la BBC (Brown, Boveri & Cie era un grupo suizo de compañías de ingeniería eléctrica. Baden, Suiza). Stotz construyó una gran fábrica en Mannheim Neckarau para la producción de sus electrodomésticos. La empresa pasó a llamarse "Stotz & Cie., Fabrik elektrischer Spezialartikel". La nueva planta apenas habia entrado en funcionamiento cuando comienza la Primera Guerra Mundial y lleva a la empresa a dificultades económicas cada vez mayores. Tras el final de la guerra, Stotz no ve otra opción que vender su empresa a la BBC. Sin embargo, sigue siendo director general hasta 1929 y el nombre de la empresa también se conserva, pero como filial de la BBC.
En el período posterior a la Primera Guerra Mundial, llegan a los hogares cada vez más electrodomésticos como planchas, aspiradoras, frigoríficos, tostadoras de pan, cafeteras, cocinas a presión, calentadores de inmersión y placas eléctricas. Como resultado, las sobrecargas y los cortocircuitos son cada vez más comunes en los hogares, llegando a menudo incluso a provocar incendios. Los fusibles instalados para proteger el cableado están resultando poco prácticos. Cuando la corriente es demasiado alta, un alambre delgado se funde en los fusibles, interrumpiendo la corriente. Para permitir que la corriente vuelva a fluir, se debe reemplazar el fusible. Para Hugo Stotz, esta es una situación intolerable, muy poco práctica. Junto con su diseñador jefe, Heinrich Schachtner, comienza a juguetear con la idea de un fusible “rearmable” que proteja el circuito eléctrico sin destruirse.
Stotz y Schachtner reemplazan el alambre delgado del fusible por una combinación de bobina solenoide y termobimetal. Esta ingeniosa idea combina dos sistemas de disparo en uno. La corriente fluye a través de la bobina y genera un campo magnético. Si la corriente es demasiado alta, como en el caso de un cortocircuito, el alto campo magnético activa un interruptor que corta automáticamente el circuito de inmediato.
En caso de una sobrecarga de corriente prolongada causada por demasiados dispositivos conectados, la tira bimetálica se dobla debido al calentamiento e interrumpe la corriente. Una vez que se ha solucionado el fallo, basta con pulsar un botón y la corriente vuelve a fluir. Ya no es necesaria la instalación de un fusible nuevo. De este modo, el disyuntor automático protege contra cortocircuitos y sobrecargas al mismo tiempo.
Hugo Stotz, que siempre concede gran importancia a la aplicabilidad práctica de sus dispositivos, dota al interruptor automático de un casquillo roscado que encaja exactamente en el casquillo ya previsto para los fusibles. El dispositivo fue patentado en noviembre de 1924. Stotz se jubila en 1929, pero sigue aportando a la empresa su conocimiento y experiencia en cuestiones técnicas o nuevos desarrollos. Stotz murió el 3 de septiembre de 1935.
Fuente: https://www.meile-der-innovationen.de
Ricardo Berizzo
Ingeniero Electricista 2024.-
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