¿Se acerca el consumo mundial de gasolina a su punto de inflexión?
El vehículo eléctrico no destruirá la industria de los combustibles fósiles a corto plazo, pero no pasará mucho tiempo hasta que los eléctricos empiecen a inclinar la balanza de la demanda anual de gasolina hacia una severa disminución.
Los escépticos sostienen que las barreras a la introducción masiva de vehículos eléctricos son insuperables y que el entusiasmo reciente entre los defensores de la tecnología -y algunos gobiernos europeos- está fuera de lugar. El (alto) precio de compra, la autonomía limitada y la falta de infraestructura de puntos de carga están entre los muchos inconvenientes que limitarán su adopción, y por tanto el poder de la electricidad para reemplazar la gasolina. Así, empresas dedicadas al refinado del petróleo como Valero Energy, Marathon Petroleum y Exxon Mobil pueden respirar con tranquilidad.
También es difícil que los gobiernos del Reino Unido o Francia acaben prohibiendo la venta de automóviles con motores de combustión interna en 2040. Lo más probable es que sigan el ejemplo del fabricante Volvo, que ofrecerá solamente motores híbridos o totalmente eléctricos en cada nuevo modelo lanzado a partir de 2019.
El sector del transporte ha sido considerado durante mucho tiempo como el último bastión del petróleo, con aviones, automóviles y camiones que consumen la fracción ligera del barril (gasolina y gasóleo) y los buques la fracción pesada (fuel oil). Las refinerías, en particular en los Estados Unidos, han sido diseñadas o rediseñadas con ampliaciones y mejoras para maximizar su propia producción de combustibles para el transporte.
La E.I.A. o Energy Information Administration informa que cada barril (42 galones o 159 litros) de petróleo refinado en los E.E.U.U. produce 170 litros de productos, de los cuales 132,5 son gasolina, diésel o combustible para aviones. Casi el 70 por ciento de los combustibles líquidos consumidos en Estados Unidos el año pasado fueron gasolina o gasoil, según los datos publicados en el BP Statistical Review de la revista World Energy.
La flota mundial de vehículos eléctricos va camino de compensar, este año, alrededor de 100.000 barriles diarios de combustible para el transporte por carretera, la mayoría de gasolina, según un informe publicado el mes pasado por Bloomberg New Energy Finance. Esperan que el volumen aumente a 155.000 barriles por día el próximo año.
Es cierto que se trata de un volumen muy bajo comparado con el consumo mundial de gasolina, que fue estimado por BP Plc., en más de 25 millones de barriles diarios en 2016, pero la clave está en el margen de crecimiento de la flota de vehículos eléctricos.
Si tomamos como ejemplo el Tesla Model 3, una vez entregadas todas las reservas que ascienden a 455.000, se dejarán de consumir alrededor de 18.000 barriles diarios de petróleo, en base al kilometraje recorrido por cada vehículo y los datos de consumo de combustible estimados por el Departamento de Transporte de los Estados Unidos. Estos datos no distan tanto de la última previsión de la E.I.A. acerca del crecimiento de la demanda de gasolina de EE.UU. en 2018 cifrada en 25.000 barriles diarios. Crecimiento que prácticamente quedaría cubierto por un solo vehículo eléctrico.
El punto de inflexión parece bastante más lejano a nivel mundial. La Agencia Internacional de la Energía estima que la demanda de gasolina aumentará alrededor de 240.000 barriles diarios en 2018. Pero a finales de la década los vehículos eléctricos podrían compensar un consumo de más de 290.000 barriles de gasolina y diésel, según BNEF. Y para 2025 los aumentos interanuales en el volumen de combustible sustituido podrían ser suficientes para inclinar la balanza del crecimiento hasta llegar a ser negativo.
¿Qué sucederá entonces? No es un cambio radical del mundo tal y como lo conocemos, por supuesto. Pero las empresas petrolíferas empezarán a ver disminuir sus beneficios.
Fuente: Blommberg
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