Algunos expertos en el sector de la energía opinan sobre el futuro del coche eléctrico
Según las últimas perspectivas de la Agencia Internacional de Energía (AIE) respecto a los coches eléctricos, en 2016 se vendieron un total de 750.000 vehículos eléctricos en todo el mundo, casi la mitad de ellos en China. En Francia por su parte hubo casi 31.000 unidades, mientras que en Alemania el nivel fue similar. Estas cifras no harán más que aumentar en los próximos años.
Los Energy Market Barometers, realizados por Grenoble Ecole de Management (GEM) en Francia en diciembre de 2017, y en Alemania por el Centro de Investigación Económica Europea (ZEW) en noviembre de 2017, son unos barómetros en los cuáles se ha consultado a numerosos expertos en energía sobre el futuro que le espera al coche eléctrico.
Ningún experto opina que Francia o Alemania vayan a necesitar grandes inversiones para adaptar la red eléctrica o aumentar la producción de energía eléctrica. Sin embargo, las redes de baja tensión (domésticas) sí que necesitarán de fuertes inversiones para actualizarse a la demanda extra de energía que necesitará un parquemóvil eléctrico.
Sin embargo, también opinan que el hecho de que los coches se vayan a cargar en las horas de menor demanda (por la noche) y que la recarga inteligente permita equilibrar la red gracias a los aportes de energía de los propios coches durante las horas de gran demanda servirá para contener los costes asociados a la mayor cantidad de energía eléctrica que será necesario producir.
Los expertos alemanes y franceses también están de acuerdo en que aún deben superarse algunas barreras para el completo desarrollo y expansión del coche eléctrico. Concretamente, citan tres aspectos: un menor precio de adquisición, una mayor autonomía, y una mayor red de carga pública que permita realizar viajes o cargar su coche a aquellos que no tengan garaje individual.
Curiosamente, los expertos alemanes se muestran más pesimistas que sus compañeros franceses: creen que estas barreras serán más complejas de superar, y además, creen que la sustitución de los motores de combustión y su prohibición en las grandes ciudades serán mucho más lentas que lo que pronostican los expertos en energía galos.
Fuente | The Conversation
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