Ingenieros alemanes se deshacen en elogios con el Tesla Model 3 tras desmontarlo para hacer ingeniería inversa
Recientemente, un fabricante alemán compró un Model 3 de segunda mano pagando un precio cuatro veces superior al oficial, todo con el objetivo de descubrir los secretos del coche mediante ingeniería inversa, es decir, desmontándolo. Y aparentemente, los secretos del Model 3 han sorprendido gratamente a los ingenieros alemanes encargados de despiezarlo.
La noticia de la compra apareció en un periódico alemán llamado Suddeutsche Zeitung, que informa de que el modelo fue sometido a intensos test durante una semana antes de proceder a su desmontaje. Algunos de los ingenieros que participaron en el proceso declaran lo siguiente:
“Cada sistema fue puesto a prueba, pero los evaluadores quedaron especialmente impresionados por la electrónica“, dice el artículo en Suddeutsche Zeitung. Describen la electrónica como “totalmente integrada”, “modular”, “de fácil acceso” e “inteligente”. El artículo además aclara que los ingenieros de otras empresas automovilísticas alemanas estuvieron de acuerdo con dicha opinión.
También vieron con buenos ojos el minimalismo del Tesla Model 3 a nivel mecánico. “Inicialmente, sólo hay un motor, sólo tiene un inversor para ir hacia delante o hacia atrás, sólo un par de ruedas motrices, y sólo un circuito de refrigeración para todo el sistema“.
Esta evaluación contrasta con la realizada por una empresa de ingeniería de Detroit cuyo directo ejecutivo, Sandy Munro, afirma que el coche tiene defectos dignos de un KIA de los años 90. La mayoría de sus críticas se centraron en supuestos fallos de seguridad. Munro llamó a los ingenieros de Tesla “snobs de la electrónica”.
Por ejemplo, dijo que el modelo tiene unas palancas mecánicas diseñadas para abrir las puertas del coche en caso de emergencia, pero que dichas palancas están sólo en las puertas delanteras, no en las traseras. En caso de accidente, los pasajeros del asiento trasero tendrían que abatir sus respaldos para huir por el maletero.
Munro también declaró que el Frunk no es fácil de abrir de forma manual, lo que puede ser un problema si el coche pierde la corriente eléctrica tras un accidente. Además, añade que el maletero trasero tiene una tapa muy pesada que se hace difícil de cerrar.
Fuente | INQUISITR
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