Buses eléctricos: lecciones desde Santiago (Chile) para Bogotá(Colombia)
En este
momento, la capital colombiana tiene abierta una licitación para adquirir y
poner a rodar 594 buses cien por ciento eléctricos en Perdomo, Fontibón, Suba
Centro y Usme. Si se firma el contrato, esta flota eléctrica superaría a la de
Chile. Bogotá, además, cuenta con el respaldo de una ambiciosa herramienta: la
Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica y Sostenible y la nueva Ley 1964 del
2019.
Precisamente,
para ver cómo el modelo ya funcionó en el país austral, EL TIEMPO visitó
Santiago de Chile y conoció, de primera mano, los buses que podrían llegar a la
capital colombiana. Además, habló con los empresarios y funcionarios detrás de
esta estrategia de movilidad sostenible que empieza a ser un referente a nivel
mundial.
A Santiago
han llegado 386 buses eléctricos, todos hechos en China, de los cuales 203 ya
circulan por toda la ciudad. Los 183 restantes están en el país, pero están
siendo adaptados.
Uno de los
grupos de buses más grande es el creado por el operador Metbus, el fabricante
chino BYD y la distribuidora de energía y carga Enel X. Solo ellos suman 285
vehículos de transporte público: 102 operando, más los 183 en preparación.
Estos buses
se cargan en unas tres o cuatro horas y pueden rodar con eso hasta 250 kilómetros.
Pero no solo
sorprenden con su tecnología limpia. También están diseñados con un alto nivel
de confort que ha sido bien recibido. “Tienen aire acondicionado, conexión wifi
y puertos USB para que la gente cargue su celular. Con eso cambia la experiencia
del viaje, y la gente lo agradece. Estos buses están en perfecto estado después
de comenzar a operar en 2017 y 2018”, explica Tamara Berríos, country manager
de BYD Chile, empresa que también participa en la licitación de buses en
Bogotá. Y, en efecto, después de un año de operaciones, los carros lucen como
nuevos.
Aunque estos
buses no son baratos (para Chile, cada uno costó 330.000 dólares más IVA), sí
cuestan mucho menos que los buses diésel en términos de operación y
mantenimiento.
Según
cuentas de Humberto Franchini, gerente de Operaciones de Metbus, la operadora
que manda la parada en Santiago en electromovilidad pública, “el valor por
kilómetro recorrido en bus eléctrico es menor en un 70 % con relación al
kilómetro con diésel”.
Ese dinero
ahorrado sirve para aumentar la flota. Según Franchini, lo que se ahorra Metbus
en la operación lo invierte en pagar las cuotas de los buses adquiridos, y lo
que ahorró en mantenimiento va a las utilidades.
Además, el
modelo ha funcionado por un sistema de pago basado en el leasing. “El Estado
sirve como facilitador, nuestro sistema financia el pago de buses”, explica la
ministra de Transporte de Chile. Al final del proceso, los buses no quedan en
manos del operador, sino del Estado. Así se garantiza que haya continuidad en
esta opción de movilidad y se evita que el proceso esté sujeto a un operador.
Aunque ambos
países tienen una estrategia nacional de electromovilidad, Colombia cuenta con
mayores incentivos tributarios y económicos para estimular la compra de autos
eléctricos.
En el caso
de Chile, aunque sí hay ciertos subsidios, el auxilio estatal no es tan amplio.
“Es muy interesante lo que ocurre aquí. A pesar de ser uno de los pocos países
que no tiene grandes incentivos para la electromovilidad en aranceles y
exenciones, somos el más avanzado y el que tiene más buses eléctricos en
Santiago”, resalta la country manager de BYD Chile.
Habrá que
ver si, con esta ventaja de su parte, Colombia y Bogotá pueden alcanzar un
avance en esa tecnología y lograr las metas propuestas de mejora en calidad del
aire y reducción de la contaminación. Se espera que en el 2020 ingresen los 594
buses eléctricos a Bogotá, la etapa uno de la fase cinco del refuerzo del SITP.
Si la
movilidad sostenible ha llegado a tanto en Chile, aquí la promesa es
interesante.
Fuente: https://www.eltiempo.com/
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