Eléctricas y startups luchan por las redes de recarga en las autopistas europeas
PARÍS/FRÁNCFORT
(Reuters) - La batalla sobre cómo y dónde cargan los europeos sus
coches eléctricos se está expandiendo desde las ciudades hacia las
autopistas.
Las empresas eléctricas, las
start-ups tecnológicas y las principales petroleras luchan para
establecerse como los jugadores dominantes en el creciente negocio de
las estaciones de carga, pero la localización está cambiando en función
de los avances de los vehículos eléctricos.
El
repostaje convencional de gasolina y diésel en las autopistas ha sido
desde hace tiempo dominado por las petroleras, que habitualmente tienen
sus propias redes de estaciones de servicio. Ahora varias hablan de
crear redes de carga de gran capacidad, generando una gran competencia
en el limitado espacio de las áreas de servicio en autopistas.
Mientras la autonomía de los coches
eléctricos era inferior a los 100 km, las eléctricas de Europa han
estado dispuestas a ayudar a las ciudades y empresas a instalar los poco
costosos puntos de carga lenta en casas, oficinas y tiendas, a menudo
con subvenciones.
Pero Tesla, Porsche (VOWG_p.DE)
y BMW fabrican ahora coches con baterías que ofrecen una autonomía
suficiente para hacer viajes a lo largo de un país. Daimler y Volkswagen
han anunciado planes para acelerar su cambio hacia los coches
eléctricos.
La infraestructura de carga dista
de las necesidades actuales. “¿Dónde está la red de puntos de carga que
será necesaria? ¿Dónde está la energía y la red?”, dijo Ralf Speth, jefe
de Jaguar Land Rover, la semana pasada.
Los
expertos, entre ellos ChargePoint y Engie, están planeando construir
redes paneuropeas de carga rápida y alto voltaje que pueden recargar una
batería en menos de media hora en lugar de en una noche.
En
Reino Unido, InstaVolt está alquilando terrenos a operadoras de
estaciones de servicio, ofreciéndoles ingresos extra y un mayor tráfico a
sus tiendas. A cambio obtiene un margen de la venta de energía a través
de los cargadores.
InstaVolt alcanzó un
acuerdo en mayo con ChargePoint, que se está expandiendo con 125
millones de dólares por Europa, para instalar unos 200 cargadores
ultrarrápidos del grupo estadounidense cerca de concurridas carreteras
británicas.
EN EL AIRE
Morgan
Stanley estima que serían necesarios entre 1 y 3 millones de puntos de
carga públicos en Europa Occidental para 2030, añadiendo que aunque las
eléctricas tienen talento natural en este nuevo sector, es demasiado
pronto para determinar quién se impondrá. “El modelo de negocio ganador
está en el aire”, dijo.
Ahora existen menos de
100.000 puntos de carga públicos disponibles en Europa, y sólo un seis
por ciento de ellos es de carga rápida, según la Agencia Internacional
de la Energía.
Casi ninguno de ellos es de
carga ultrarrápida, un término habitualmente usado para estaciones de
carga con una potencia de al menos 150 kilovatios. Con una velocidad de
carga que multiplica por más de tres la de los cargadores actuales,
ahora son codiciados por quienes buscan ser los líderes del mercado.
Entre
los contendientes está la holandesa EV-Box, uno de los mayores
fabricantes europeos de estaciones de carga, que fue comprado por la
eléctrica francesa Engie en marzo.
“Esperamos
cientos de millones de ingresos anuales de EV-Box en pocos años”, dijo
Thierry Lepercq, jefe de innovación de Engie, a Reuters. Prevé que los
ingresos de carga de vehículos de Engie se multipliquen por 20 entre
tres y cinco años. El año pasado EV-Box facturó 16 millones de euros.
El
consejero delegado de EV-Box, Kristof Vereenooghe, dijo que al
contrario que muchos de sus competidores, su empresa ha sido rentable
desde el inicio, una declaración que le hace destacar en un sector donde
ganar tamaño se considera más importante por el momento.
Por
eso la eléctrica alemana E.ON, anunció una alianza estratégica con la
startup danesa CLEVER y dijo que tenía la ambición de desarrollar varios
cientos de estaciones de carga ultrarrápida en autopistas europeas.
CLEVER,
propiedad de un grupo de eléctricas danesas y que dirige redes de carga
en Dinamarca, Suecia y Alemania, quiere extender su red a Francia,
Reino Unido e Italia con E.ON.
La firma, que al
contrario que EV-Box y ChargePoint no fabrica su propio material,
también busca otros socios. “Queremos conectar las ciudades de modo que
puedas conducir fácilmente por Europa en un vehículo eléctrico”, dijo el
consejero delegado de CLEVER, Casper Kirketerp-Moeller.
HABLAR MENOS E INSTALAR MÁS
Entre
las petroleras, BP, Shell y Total o bien han anunciado planes o bien
lanzado proyectos piloto para las cargas eléctricas. Pero pocos esperan
que sean serios contendientes para un negocio que frenaría la demanda de
su producto: el petróleo.
BP no respondió a
repetidas solicitudes de comentarios. Una portavoz de Shell dijo que no
tenía sentido económico equipar las gasolineras completamente con puntos
de carga eléctrica.
“La gente como Shell y
Total hablan mucho, pero no sucede nada. Nosotros estamos poniendo la
conexión de red en marcha”, dijo Michiel Langezaal, fundador y consejero
delegado de Fastned, que tiene 63 puntos de carga en Holanda.
Alquilando
terrenos, el grupo quiere levantar 100 millones de euros en los dos
próximos años para entrar en Alemania, Bélgica, Francia y Reino Unido.
De momento tiene las estaciones de Swiss ABB, pero también negocia con
ChargePoint.
Los
fabricantes de vehículos eléctricos, al contrario que las eléctricas y
las startups de carga, no ven las redes de carga rápida como un
generador de beneficios, sino como un producto necesario para persuadir a
sus clientes de que los vehículos eléctricos pueden viajar entre
países.
Eso parece que funciona, al menos para algunos.
Tesla,
por ejemplo, opera una red propia de carga en Europa, principalmente en
hoteles, pero se expande lentamente - en la región de Ile de France
alrededor de París tiene sólo unos pocos “supercargadores”.
Este
año la valoración de mercado del grupo sobrepasó la de General Motors,
convirtiéndole en el mayor fabricante de coches estadounidense según esa
medida.
“Tesla nunca ha tenido beneficios,
pero ha tenido un crecimiento enorme”, dijo Elke Temme, que codirige la
filial de movilidad eléctrica de la alemana Innogy.
“En el futuro, el negocio debe dar beneficios”, dijo.
Editado por David Stamp. Traducido por Rodrigo de Miguel en la Redacción de Madrid
Fuente: es.reuters.com
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