TransporteMetropolitanosBarcelona y Endesa electrificarán una línea de autobús de que incluirá recarga ultrarrápida
La electrificación del transporte público
es uno de los grandes retos de nuestro tiempo. Es cierto que tranvías,
trenes y metros ya han electrificado buena parte del transporte de
nuestras ciudades, pero aún queda mucho trabajo por hacer cuando hablamos de taxis y autobuses.
Algo que se antoja crucial, ya que hablamos de cuidar la salud de los
ciudadanos. Poco a poco vamos viendo como algunas ciudades comienzan a
incorporar sus primeras unidades tanto de taxis como de autobuses
eléctricos, pero todavía queda un largo camino por recorrer.
Barcelona es quizá la ciudad más avanzada
de nuestro país en cuanto a transporte eléctrico se refiere. Un
liderazgo que sin duda se verá reforzado pronto, ya que Transportes Metropolitanos de Barcelona y Endesa electrificarán una línea completa de autobús,
y lo harán además, con una tecnología realmente innovadora. Una
iniciativa que está enmarcada en el proyecto ZeEUS (Zero Emission Urban
Bus System) impulsado por la Unión Europea.
Cambiar una línea de autobuses convencionales a eléctricos puede parecer muy fácil,
pero si nos ponemos a analizar los detalles nos daremos cuenta de que
no lo es tanto. Hay que tener en cuenta que se trata de un servicio
ininterrumpido y que además tiene que estar a prueba de cualquier tipo de fallo. Nadie quiere ir a coger el autobús y que éste se haya quedado sin autonomía.
La problemática de optar por autobuses eléctricos
A pesar de que tienen multitud de beneficios, hay que ser conscientes de algunas de las limitaciones que tienen los autobuses eléctricos hoy en día. Unas limitaciones como pueden ser la autonomía, la cual además varía dependiendo de la estación del año (según la temperatura externa). El precio
es otro de las grandes barreras a superar por los autobuses eléctricos.
Es cierto que el coste operativo es mucho menor que en un modelo
diésel, pero la inversión inicial aumenta considerablemente. Si lo
comparamos con las unidades a gas natural es todavía más difícil que
salgan los números.
Las cargas a mitad de jornada también son parte de la problemática. Estamos hablando de vehículos que cuentan con más de 300 kWh de batería, por lo que una recarga a 50 kW no es más que una recarga lenta
para este tipo de unidades. A esa potencia, las recargas parciales son
inviables, por lo que es necesario que el autobús sea capaz de “llevar
encima” la energía necesaria para completar la jornada entera.
Video: https://youtu.be/IoUp37YL2ds
Por poner un ejemplo, los Irizar i2e que tiene actualmente en operación el TMB en Barcelona, tienen una capacidad de batería de 376 kWh, lo que proporciona una autonomía de entre 200 y 250 kilómetros dependiendo
del ciclo de conducción y de las condiciones climatológicas. También
hemos visto autobuses con todavía más batería como el espectacular Proterra Catalyst E2, el cual anuncia una autonomía de 563 kilómetros gracias a una enorme batería de 660 kWh.
Como sabéis, las baterías son un
componente realmente pesado. Ya lo vemos en coches eléctricos que llevan
apenas 30 kWh de baterías, los cuales son más pesados que sus homólogos de combustión.
Por poner un ejemplo, el Volkswagen e-Golf pesa 1585 kg, mientras que
uno de combustión equivalente ronda los 1.300 kg. Si extrapolamos esto a
los autobuses, entramos en el dilema de si el autobús se dedica a
transportar solo personas, o personas y baterías. Todo ello contando con
que, si los autobuses eléctricos son ya de por sí más caros que los de
combustión, equiparlos con enormes baterías no hará más que encarecer su
coste.
Solución: recarga al final de la línea
Para hacer frente a estas limitaciones, en Barcelona han optado por una eficaz solución: recargar al final de la línea.
En la mayoría de líneas de autobús, éstos hacen una pequeña parada a
final de línea donde esperan a que llegue la hora para volver a salir en
la dirección contraria. Una parada que no suele ir mucho más allá de
los 5 minutos, pero que puede ser más que suficiente se si se recarga a
la potencia adecuada.
Por eso, desde el TMB han optado por un sistema de recarga ultrarrápida mediante pantógrafo,
el cual permite recuperar los kilómetros necesarios para volver hasta
el otro extremo de la línea, donde hay instalado otro pantógrafo donde
el autobús volverá a cargar.
Así funciona el sistema de recarga ultrarrápida mediante pantógrafo
El sistema consta de dos elementos
principales: un pantógrafo retráctil instalado en el techo del autobús y
un punto de recarga ultrarrápida.
El primero es un dispositivo que cuenta
con un brazo mecánico. Gracias a uno de los sensores con los que va
equipado el autobús, el pantógrafo se pone en marcha cuando éste se ha
detenido junto al punto de recarga. Entonces, el brazo se despliega en unos pocos segundos y se acopla a la parte superior de la torre de carga. Es entonces cuando comienza la recarga del autobús.
El punto de recarga ultrarrápida es un
pilar de unos cinco metros de altura, donde el bus, aprovechando la
pausa de descanso del conductor, podrá recargar hasta el 80% de su capacidad en un tiempo de entre 5 y 8 minutos gracias a una potencia de recarga de 400 kW.
Una energía suficiente para volver al otro extremo de la línea donde,
como hemos dicho, volverá a cargar en con un sistema idéntico. El pilar
está ubicado en la acera, sobre un centro de transformación subterráneo,
lo que minimiza el impacto en las calles. Además, está conectado al
Centro de Control de Endesa, desde donde se comparten los datos con el
centro de control de TMB.
Ventajas y desventajas del sistema
La principal ventaja de este sistema está
en los autobuses que se pueden utilizar en una línea de estas
características. Unos autobuses que no necesitan tener una gran
autonomía, y por lo tanto, no necesitan equipar una gran batería. Las
unidades elegidas por TBM son autobuses articulados de 18 metros, que apenas necesitan una batería de 125 kWh para tener una autonomía de 40-50 kilómetros.
De esta forma el precio de adquisición del autobús disminuye de forma
drástica, se reduce significativamente el peso y se gana en espacio de
carga.
Por otro lado, las baterías del bus se mantienen entre el 40 y el 80 por ciento
de carga durante todo el trayecto, algo que alarga su vida útil. Los
pantógrafos están instalados en los dos terminales de la línea H16:
Fòrum y Pg. Zona Franca. Por la noche, en cambio, los autobuses se
recargan como un autobús eléctrico convencional gracias a los dos puntos
de recarga que ha instalado Endesa en las cocheras de TMB.
Sin embargo, la utilización de este sistema también tiene algunas desventajas. Por un lado, está el coste de la infraestructura
de recarga ultrarrápida mediante pantógrafo, que viene a ser de unos
350.000 euros más la obra civil. Algo a lo que ha que sumar los
cargadores necesarios en las cocheras, a unos 40.000 euros la unidad.
Si bien es cierto que mientras para los autobuses se estima una vida
útil de 15 años, en el caso de la infraestructura estamos hablando de
una inversión que durará más tiempo.
Otro de los grandes problemas es la posibilidad de que ocurra un fallo.
Estamos hablando de una tecnología nueva que aún es posible que tenga
errores. El problema es que, en esta línea, que uno de los pantógrafos
falle sería especialmente problemático. Hay que tener en cuenta que cada
uno de los autobuses depende de cargar a final de línea, por lo que
cualquier fallo puede ser un gran problema y detener toda la línea de
transporte.
Primera línea completa, en 2018
Actualmente TMB y Endesa se encuentran en
pruebas para dejar todo apunto y asegurarse de que nada falle. Si las
pruebas son satisfactorias, desde TMB nos aseguraron que en enero
pretenden sacar la licitación para comprar 20 autobuses de este tipo, de tal forma que para 2018 podrían tener la línea H16 completamente electrificada. Una línea donde comenzarían a operar exclusivamente autobuses eléctricos equipados con este sistema.
Transportes Metropolitanos de Barcelona
tiene un plan muy ambicioso para electrificar los autobuses de la ciudad
de Barcelona. Actualmente, cerca del 15% de los autobuses de su flota son híbridos. Un cuota que esperan aumentar en el futuro y a la cual quieren seguir incorporando autobuses 100% eléctricos.
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