Cinco maneras de hacer que los coches eléctricos sean rentables para los fabricantes
Fabricar coches con motor térmico es más rentable
para los fabricantes. Tan simple como que es una tecnología amortizada
sobre la que aplican economías de escala, dado el volumen de producción.
Los coches eléctricos en cambio necesitan de un elemento todavía muy costoso y
desconocido para los grandes fabricantes: las baterías. Quizá por eso algunos
se han movido cautelosamente en este nuevo terreno en lugar de lanzar agresivas
campañas en favor del VE.
Pero el mundo está cambiando, cada vez
hay más interés y demanda de vehículos eléctricos, además de las cada
vez más rigurosas normativas medioambientales que se ocupan de
estrangular a los fabricantes. Consecuentemente las baterías están bajando de
precio, pero aún pasarán algunos años hasta que los costes de fabricación de
coches eléctricos compitan con la tecnología hasta ahora dominante.
La consultora McKinsey ha publicado un informe
dirigido a la industria del automóvil, sugiriendo algunos consejos para
que la transición hacia el coche eléctrico sea lo menos dolorosa posible
y que pueda ser rentable a medio plazo. Como mínimo, se trata de acabar con los
modelos de compromiso desarrollados a regañadientes para cumplir con las
normativas, buscando propuestas con mejor aceptación del público y visos de
rentabilidad.
Por ahora el mercado global de turismos
eléctricos sigue siendo muy pequeño, apenas 773.563 unidades vendidas a nivel
mundial en 2016, de manera que los fabricantes aún están a tiempo de
definir o redefinir sus estrategias eléctricas. Sin embargo, deberían
actuar con cierta urgencia si no quieren perder su parte del pastel.
1. Empezar ofreciendo modelos de
autonomía moderada, enfoque urbano y bajo coste. Contraria a la
estrategia de Tesla, este enfoque permite hacerse con una porción importante
del mercado, como son los vehículos de ciudad que estadísticamente
recorren distancias inferiores a 40 km diarios en promedio.
Aunque los vehículos premium de elevadas
prestaciones y autonomía están teniendo éxito, los estudios afirman que cuando
el VE llegue al mercado masivo, la nueva ola de compradores van a querer
modelos asequibles para el día a día y esta porción de mercado será mucho mayor
que el nicho del turismo de lujo. Menos batería y más demanda, menor coste.
2. Emparejar coches eléctricos
competitivos a nuevos modelos de negocio. El negocio no
será simplemente fabricar y vender coches, habrá que añadir valor a la
propuesta con ideas como programas de car-sharing, entre otras. Tomando ventaja
de un menor coste de explotación y haciendo frente a una mayor inversión
inicial, la estrategia podría ser ofrecer la tecnología como una oportunidad de
negocio para el usuario final.
Los fabricantes tendrán que adaptarse a estas
nuevas tendencias y tendrán que ser creativos buscando partners y nuevos
modelos de negocio que saquen partido del vehículo eléctrico para ofrecer
nuevas formas de movilidad. En definitiva, estimular la demanda de vehículos
eléctricos más allá de los canales habituales. Más que vender coches, vender un
servicio o un paquete de servicios basado en un producto.
3. Pedagogía y comunicación.
Mientras que entre un 30% y un 45% de los consumidores en Estados Unidos y
Alemania dicen haber considerado comprar un coche eléctrico, menos del 5% están
comprando vehículos eléctricos, según las encuestas. Poca gente compra algo que
no entiende cómo funciona o todavía peor, algo que no sabe que existe.
Con una adecuada estrategia de marketing y
comunicación, se podría educar al consumidor sobre las ventajas de conducir un
vehículo eléctrico, reduciendo la brecha entre interés y compra.
El ejemplo a seguir es Tesla,
que conoce muy bien esta problemática y no sufre el conflicto de
intereses al que se enfrentan los fabricantes tradicionales. Una vez
se decidan a apostar en serio por el coche eléctrico, deberían convertir sus
concesionarios y puntos de venta en centros de información donde explicar los
hechos y ofrecer experiencias que ayuden a promover esta tecnología. Sobre
todo, hacer hincapié en las barreras mentales que aumentan la ansiedad por
autonomía, haciendo ver a los potenciales usuarios las fortalezas del vehículo
eléctrico.
4. Conoce a tu cliente objetivo.
Hay muchos tipos de consumidores interesados en vehículos eléctricos. Hay early
adopters o ‘frikis’ de la tecnología que simplemente quieren ser los primeros
en disfrutar de un VE, hay quienes buscan el estatus que brinda la
exclusividad, otros que están verdaderamente preocupados por el medio ambiente,
personas que únicamente buscan economizar en sus desplazamientos, etc.
Si los fabricantes pudiesen adaptarse a estas
diferentes verticales, lograrían ofrecer algo más, aprovechar la disrupción
tecnológica de la propulsión eléctrica para agregar valor al producto,
en lugar de hacer coches convencionales como quien elije gasolina,
diésel o eléctrico. No se trata de un combustible alternativo, va
mucho más allá que eso.
5. No esconderse e ignorar la tendencia
de la electrificación. Las industrias de la energía y del transporte
están afrontando una revolución tecnológica que no tiene ninguna intención de
detenerse y dar marcha atrás. Cuanto antes se den cuenta y acepten el cambio
que se avecina, más posibilidades de continuar en el negocio y crecer.
El motor térmico es una tecnología que seguirá
existiendo y dando beneficios, pero veremos su declive y no está muy lejos. Por
si fuera poco, hay otras disrupciones tecnológicas como la conducción
autónoma que complementan y refuerzan la movilidad eléctrica. No tiene
ningún sentido perder una oportunidad por aferrarse a un modelo de negocio con
fecha de caducidad.
Via | Greentech Media
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