Las ruedas, factor importante en la autonomía de un coche eléctrico

Las ruedas, factor importante en la autonomía de un coche eléctrico

En los modelos de combustión no se tenía apenas en cuenta. Las ruedas. Hasta ahora nos fijábamos que fuesen bonitas y como mucho que su sustitución no fuese muy cara. No prestábamos atención a aspectos como la eficiencia de estas. Algo que ha cambiado con el coche eléctrico, donde cada kilómetro de autonomía cuenta.

 

La cuestión es que cuanto más grande y ancha sea la rueda, mayor superficie de contacto y por lo tanto, mayor consumo. Esto es algo que Tesla tiene en cuenta, y en su página web nos ofrece algunos datos de la pérdida de autonomía según las ruedas que seleccionemos.

En un primer momento como podemos ver en la captura, no hay diferencias abismales entre las llantas de 19 y las de 21 pulgadas. Una diferencia que curiosamente es distinta según el modelo. Por ejemplo, en el 60 y el 75, hay una diferencia del 2.3% (8 kilómetros) mientras que en el 60D y el 75D se reduce ligeramente hasta el 2.2%. Por su parte la mayor pérdida la tiene el P90D, que optando por las llantas de 21 pulgadas pierde un 4.4% (21 kilómetros).

Más evidente es en el caso del Model X. Cuando el cliente tiene que optar entre las llantas de 20 y las espectaculares llantas de 22 pulgadas, aquí la cosa ya empieza a ponerse más seria. Tesla no proporciona la misma tabla, pero si proporciona un aviso que indica que optando por la opción de 22 pulgadas podremos perder entre el 10 y el 15% de autonomía.

Esto supone que además de tener que pagar un extra de 5.000 dólares, perderemos una media de 64 kilómetros en nuestra autonomía. Una cantidad bastante elevada por el simple echo de lucir unas llantas más chulas. No sólo eso, en caso de adquirir un Model X 90D, si optamos por las llantas más grandes, además de un desembolso importante en el aspecto económico, estaremos perdiendo unos 10.000 dólares de inversión en contar con una batería de mayor capacidad.

Una cuestión que suele ser descubierta por los propietarios una vez tienen el coche en sus manos, y que muchas veces supone una desagradable sorpresa. Una sorpresa que supone una pequeña molestia en coches con 400 kilómetros de autonomía, pero que es una tragedia en aquellos con apenas 150 kms. Unos clientes que ven como sus cifras se alejan todavía más de los imposibles ciclos oficiales por culpa de una mala elección de llantas.