El presidente de la petrolera Shell se comprará un coche eléctrico
Shell planea invertir hasta 1.000 millones de dólares anuales en su
división de Nuevas Energías, a medida que la transición hacia la energía
renovable y los coches eléctricos se acelere.
Ya en 2016, con la caída del precio del crudo, Shell apostó por el gas natural adquiriendo BG Group por 54.000 millones de dólares para así adaptarse a los nuevos tiempos. Ahora, su CEO señala que lo siguiente será un coche eléctrico que no dependa del petróleo ni del gas, sus dos mayores activos.
“Todo el movimiento que se está produciendo para electrificar la economía, así como la movilidad en el noroeste de Europa, los Estados Unidos e incluso China, es algo positivo”, dijo en declaraciones a Bloomberg. “Necesitamos tener un mayor grado de penetración en los vehículos eléctricos si queremos estar dentro del juego”.
Mientras, Shell informó que sus resultados hasta junio superaron las expectativas, y más después de adaptar y reducir sus costes a los 50 dólares el barril de Brent. “Nos hemos adaptado a una mentalidad de que el precio va a estar a la baja siempre”, dijo Van Beurden.
Los cambios en la tecnología automotriz, la lucha contra el cambio climático y la desaceleración de la economía en China están amortiguando el apetito del mundo por el crudo. Así, la especulación en el sector de la energía ha pasado del denominado pico petrolífero (la idea de que el consumo seguirá aumentando hasta que se acabe el suministro de combustibles fósiles) hasta el pico de la demanda, cuando las reservas consideradas hoy activos valiosos terminarán siendo abandonadas.
“Si las políticas y la innovación realmente funcionan bien, preveo que el pico máximo de demanda de combustibles fósiles se alcanzará en 2030”, señaló Van Beurden.
Por ello, Shell planea invertir hasta 1.000 millones de dólares anuales en su división de Nuevas Energías, a medida que la transición hacia la energía renovable y los coches eléctricos se acelere. La compañía ha dicho que ve oportunidades en las pilas de combustible de hidrógeno y biocombustibles de próxima generación para el transporte aéreo, el marítimo y también el de mercancías pesadas, áreas de transporte para las cuales las baterías no son adecuadas.
No parece muy halagüeño el futuro de los combustibles fósiles cuando el jefe de la compañía petrolífera más grande de Europa, Shell, apuesta por los modelos eléctricos. Otros grandes productores como Total SA o BP Plc también se están diversificando y tratando de amoldarse al nuevo contexto.
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