China da un nuevo paso hacia la electrificación de su industria automovilística.
Después de presentar medidas tan agresivas como el plan de cuotas, que obliga a los fabricantes que trabajan en China a contar con un mínimo número de ventas de coches eléctricos cada año, y poner importantes incentivos a la producción y compra de este tipo de vehículos, ahora el gobierno de Pekín ha confirmado una nueva e importante medida para continuar reduciendo las ventas de coches convencionales.
Gracias a esta medida, a los fabricantes les resultará difícil ampliar la capacidad de fabricación de coches no eléctricos. Para abrir estas fábricas, tendrán que cumplir una serie de condiciones, entre ellas demostrar que la eficiencia y su capacidad de fabricación es mayor que el promedio de la industria; que fabrican más vehículos híbridos o eléctricos la media de la industria; que gasten al menos el 3% de los ingresos en investigación y desarrollo, y ser competitivos a nivel mundial, entre otros requisitos.
Entre los objetivos está el de convencer a los inversores indecisos de si continuar poniendo dinero para los vehículos convencionales, u optar por los eléctricos, para que opten por esta última opción. También hay un problema de fondo, y es que la capacidad de producción de vehículos gasolina no ha parado de crecer, y eso a pesar del enfriamiento del mercado que amenaza con la primera bajada de ventas desde 1990.
Pero mientras que los modelos con motor de combustión comienzan a bajar, los coches eléctricos no paran de incrementar sus matriculaciones, llegando a 1 millón de unidades entre enero y noviembre.
Unas ventas que en 2019 vivirán un fuerte impulso gracias a medidas como la entrada en marcha de las cuotas de ventas, pero también a la activación de la limitación de apertura de nuevas líneas de producción de coches diésel o gasolina, lo que favorecerá el incremento de producción de coches eléctricos.
Fuente: https://qz.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario