El viejo "ratón" reaparece renovado

La visión del futuro Isetta para una circulación urbana sostenible

Poco a poco la gente se va dando cuenta que no hace falta un todocamino de tres toneladas, o una berlina de 300 CV, para los desplazamientos diarios en las ciudades. Ambientes donde las soluciones deben ser más sencillas, y sostenibles. Con esto en la mente ha nacido un nuevo coche eléctrico, el Microlino.

Se trata de una reinvención del popular Isetta de BMW. Un coche que en su momento ha sido catalogado como una opción casi más barata de desplazarse que andar, y que ahora renace en espíritu de la mano de un sistema de propulsión eléctrico.

 

Un diseño que ha sido realizado por el emprendedor suizo Wim Ouboter en colaboración con la Universidad de Ciencias Aplicadas de Zurich, Suiza. Un ultra urbano con espacio para dos pasajeros en un compacto cuerpo al que deben acceder como el clásico Isetta por una puerta en la parte frontal.

 

A nivel mecánico el Microlino cuenta con un motor eléctrico de 15 kW, que le permite alcanzar una velocidad máxima de 100 km/h. La batería por su parte es un pack de 11 kWh, que le permiten disfrutar de una autonomía de entre 100 y 120 kilómetros con cada carga. En el aspecto de la capacidad de la batería desde el fabricante se indica que todavía no han decidido si será la cifra que usarán en el modelo de producción. Todo con un peso de 400 kilos.

Para la recarga podremos usar el cable que lleva integrado, y que llega a los 10 metros de largo, mientras que en el tema precios, se estima que llegará al mercado con un coste de entre 8.500 y 12.800 euros según el acabado y equipamiento.

Una solución que combina un diseño clásico de un modelo mítico, con un sistema funcional que nos permite movernos por los entornos urbanos con cierta soltura, y con un bajo coste económico y ambiental.

Historia del viejo "ratón"                    

El Isetta fue uno de los microcoches más exitosos producidos en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial; una época en la que se necesitaba un transporte económico y de corta distancia. Aunque el diseño es italiano, se construyó en países como España, Bélgica, Francia, Brasil, Alemania o el Reino Unido. debido a su peculiar forma de huevo y sus ventanas de burbuja, adquirió el apodo del coche-pompa.