¿Es el coche eléctrico una amenaza para el Ministerio de Economía??
Por: Miguel Ángel Uriondo
Una
decena de estados de EEUU han introducido ya mecanismos para que los usuarios
de coches eléctricos compensen el hecho de que no están consumiendo gasolina.
Lo que lleva a un debate interesante y es ¿Cuánto le costaría a un país como
España en impuestos dejar de ingresar impuestos por carburante?
Las
nuevas medidas en EEUU tienen que ver con el hecho de que los conductores
eléctricos no están pagando vía impuestos indirectos de la gasolina el
mantenimiento de las carreteras que utilizan. Esta situación puede parecer
paradójica, teniendo en cuenta que muchos
de esos mismos estados ofrecen ventajas fiscales a la hora de adquirir este
tipo de vehículos. Pero la estructura de sus cuentas públicas hace que
tenga cierto sentido para ellos sacar dinero de otras partes del presupuesto
para subvencionar este tipo de vehículos y, al mismo tiempo, intentar extraer
más dinero del registro de vehículos y de tasas especiales a eléctricos para
engrosar la cuota destinada a mantenimiento. Porque los impuestos a la gasolina en EEUU son tan
bajos que ni siquiera dan para pagar el mantenimiento de las vías.
Podéis
comprobarlo vosotros mismos en este gráfico de la OCDE:
Por
supuesto, en estos momentos no hay peligro alguno de que el coche eléctrico
vaya a suponer un problema para las arcas públicas españolas, básicamente
porque se venden muy pocos. Es
fácil darles ventajas de todo tipo e impulsar un nuevo plan MOVEA porque es
obvio que no van a amenazar el equilibrio impositivo a corto plazo. ¿Pero y
cuando lo hagan?
¿Cuánto pagas de impuestos por cada litro de
gasolina?
Porque si
miráis el gráfico anterior, España pone unos impuestos mucho más alto a los
carburantes que EEUU. Según el último informe de la Asociación Española de
Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), los impuestos suponen entre un
52% del precio total en el caso del diesel y un 57% para la súper 95.
Exacto, más de la mitad del precio de la gasolina se va en impuestos varios.
Entre
estos impuestos está el IVA, el impuesto de ventas minoristas y, por supuesto, el impuesto especial que más recauda de entre
todos los impuestos especiales: El impuesto de hidrocarburos.
Concretamente,
el de hidrocarburos es el que supone la mayor partida de todos los especiales,
hasta el punto de que supone más de la
mitad del total. Suma todo lo que se recauda de tabaco, electricidad,
alcohol, cerveza y carbón, y te encontrarás con que los hidrocarburos siguen
suponiendo mucho más dinero.
En 2015
el impuesto especial de hidrocarburos superó los 10.000 millones de euros a
pesar del descenso del precio. ¿Cómo es posible? Por la formación del impuesto,
donde se paga una cantidad fija de
euros por cada mil litros. Si los precios bajan mucho, como ha venido
sucediendo, y se vende mucha más gasolina, también se ingresa mucho más vía
impuestos y el tipo efectivo se dispara. En 2015 fue de casi el 36%.
Esos
10.257 millones de euros, la mayor parte de los cuales extraídos de la venta de
gasolinas y gasoleos, suponen una parte importantísima de la recaudación total
en impuestos del Estado. Concretamente, un 6% de los casi 170.000 millones
de euros que se recaudaron. Y a eso hay que añadir el resto de impuestos.
¿Qué pasará cuando dejen de ingresarse?
Cobrar impuestos por kilómetro recorrido no por
litro gastado
Una
opción que se ha explorado en EEUU es la puesta en marcha de impuestos por
kilómetro recorrido, una iniciativa que lleva explorándose desde hace una
década en Oregon y que actualmente se mantiene con un programa de voluntarios.
Existe otro similar en California.
Se trata
de una iniciativa que ha encontrado cierta oposición, por ejemplo, con los
conductores de zonas rurales, que afirman que ellos hacen muchos más
kilómetros. También existen dudas sobre
la privacidad de los datos, especialmente si se concede a las
autoridades información no sólo sobre el kilometraje recorrido sino también
sobre los trayectos realizados.
En países
europeos como Alemania, Austria, Eslovaquia, Polonia, República Checa, Hungría
y Suiza se han empleado formas de tasar por kilómetro recorrido a vehículos,
pero básicamente a camiones.
¿Vamos a
ver una penetración tan grande del coche eléctrico en España como para que un
futuro sucesor de Montoro tenga de qué preocuparse? Probablemente sí, pero será
a largo plazo y, si algo han demostrado las autoridades españolas, es que si de algo carecen no es de falta de
imaginación para inventarse nuevos impuestos.
Lo que
está claro es que el coche eléctrico y autónomo ofrecen nuevos desafíos al
transformarlo todo. ¿Menos accidentes? Menos transplantes. ¿Menos impuestos de
gasolina? Menos ingresos, pero también menos contaminación y reducción del
coste sanitario de los problemas relacionados por ésta.
En todo
caso, serán todo problemas a analizar en unos años. El cambio de planta no se hará
de un año para otro y hay mucho que trabajar.
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