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martes, 11 de abril de 2017

Usuario de Ford Mustang nos cuenta su experiencia con un auto eléctrico

Usuario de  Ford Mustang nos cuenta su experiencia con un auto eléctrico  (Chevrolet Bolt)


Los coches eléctricos no solo son el futuro de la conducción sino que ya forman parte del presente. Sin embargo, la mayoría de los conductores, entre los cuales me cuento, no han tenido la posibilidad de ponerse al volante de estos vehículos de alta tecnología.
Por eso, cuando Chevrolet (GM) me ofreció la oportunidad de tomar prestado el Bolt EV durante un fin de semana, la acepté sin dudarlo.
El Bolt es una maravilla tecnológica. Es el primer vehículo eléctrico puro diseñado para la mayoría de los conductores, con un precio de salida a partir de 29.995 dólares luego del crédito fiscal federal (en Estados Unidos), tiene cinco plazas y una autonomía de 380 kilómetros con una sola carga. Tesla ofrecerá una experiencia similar con su próximo Model 3, comenzando así la batalla eléctrica por ganar el mercado de masas.
     



Entonces, ¿qué se siente al conducir un coche eléctrico en comparación con el increíblemente genial pero menos práctico Ford Mustang GT del 2007? Como podrás suponer, la experiencia es bastante diferente, sobre todo cuando se trata de acelerar, frenar y repostar, así como de la distancia que puedes recorrer con un solo tanque de combustible en comparación con una sola carga. Tuve que aprender algunas cosas y experimenté un poco de ansiedad, pero al final valió la pena.

Potencia eléctrica
Mi Mustang es una máquina poderosa, tiene un motor V8 de 300 caballos de potencia y 320 libras/pie de torque y suena como si fuera el fin del mundo. Escuchar el motor mientras conduzco por la carretera en una cálida noche de verano me produce una inmensa alegría.
Sin embargo, el Bolt ofrece una experiencia más silenciosa. Su motor eléctrico de 200 caballos de potencia genera 266 libras/pie de torque pero como el vehículo eléctrico no tiene escape, lo único que escuchamos es el sonido de los neumáticos sobre el pavimento y el ligero gemido del motor cuando aceleramos.
Es una experiencia un poco extraña pues notamos mucho más todos esos pequeños ruidos de la carretera que el motor suele amortiguar. El lado positivo es que resulta mucho más fácil escuchar la música y a la persona que tienes a tu lado.

Quemando gomas
Lo que realmente me sorprendió fue la aceleración del Bolt en comparación con mi coche. La mayoría de los vehículos que utilizan combustible fósil que recorren las carreteras estadounidenses necesitan la transmisión para alcanzar su máxima potencia en las diferentes velocidades. Sin la transmisión, el motor de tu coche se mantendría girando hasta alcanzar su línea roja y estallar.

Sin embargo, con los motores de los automóviles eléctricos no tienes que preocuparte por ese detalle porque tienen una gran amplitud de torque. Pueden continuar girando sin explotar ya que funcionan de manera completamente diferente a los motores de gasolina.
¿El resultado? En un vehículo eléctrico parece que la aceleración nunca se detiene. En vez de la habitual pausa en el empuje que percibes al cambiar de marcha, el Bolt simplemente continúa de manera fluida.
 



No, el Bolt no te permitirá alcanzar una gran velocidad desde cero y tampoco te dará la satisfacción que experimentas cuando recuperas la potencia, como sucede con mi Mustang. Pero los coches eléctricos como el Bolt podrían asombrarte cuando conduces a gran velocidad por las autopistas. Los motores de gasolina tienen ciertos límites cuando los sometes a un mayor esfuerzo pero los motores eléctricos pueden seguir generando potencia.
Como resultado, cuando pisé el acelerador del Bolt hasta alcanzar los 100 km/h en la Brooklyn Queens Expressway, mi novia y yo nos pegamos a nuestros asientos. La mayoría de los coches no te ofrecen esa sensación. Aunque el repentino impulso fue un poco desconcertante, volvimos a acelerar de inmediato.

Pisar el freno
Acelerar en un coche eléctrico es… extraño. Al menos al principio. Pero frenar en un coche como el Bolt es una experiencia completamente diferente debido a que Chevrolet ha incluido en este modelo un freno regenerativo que le permite alcanzar los 380 kilómetros de autonomía con una sola carga.
Eso significa que la batería recicla la energía empleada al desacelerar. Muchos coches eléctricos e híbridos tienen esta función pero Chevrolet ha añadido un modo de conducción a bajas revoluciones que comienza a regenerar automáticamente la potencia y desacelera apenas retiramos el pie del acelerador, lo cual permite conducir usando un solo pie.
De hecho, conduje desde mi apartamento en Queens hasta la casa de mis padres en Nueva Jersey a través de un tráfico congestionado utilizando el modo de conducción a bajas revoluciones y no usé el freno ni una sola vez.
En este modo, la desaceleración también es sorprendentemente agresiva y uno tarda cierto tiempo en acostumbrarse. Cuando salí del aparcamiento después de recoger el Bolt por primera vez, me sorprendió cuán rápido se detuvo el coche por sí solo.

Nivel de ansiedad y carga
Mis padres viven a unos 80 kilómetros de mi apartamento. Dado que el Bolt tiene 380 kilómetros de autonomía, en teoría tenía suficiente para llegar y regresar sin problemas. Sin embargo, como el frío redujo la capacidad de la batería a unos 290 kilómetros y la calefacción y los limpiaparabrisas consumieron parte de la energía disponible, empecé a sentirme nervioso.
Por supuesto, 290 kilómetros es una autonomía más que suficiente, pero aún así me pasé un buen rato preocupado pensando en qué podría hacer si me quedaba sin batería a mitad del camino.
Además, las estaciones de carga para los coches eléctricos todavía son escasas. Obviamente, cuando conduzco mi Mustang no tengo que preocuparme por la gasolina porque puedo encontrar rápidamente una estación de servicio y llenar el tanque en menos de 10 minutos.
Sin embargo, recargar un coche como el Bolt tarda mucho más. Incluso si utilizamos el cargador más potente, un cargador rápido DC, tardaremos unos 30 minutos en obtener unos 150 kilómetros de autonomía. Con un cargador doméstico de 240 voltios, cada hora equivale a unos 40 kilómetros de autonomía. Al contrario, puedo llenar mi tanque de gasolina en muy poco tiempo y luego recorrer unos 300 kilómetros sin detenerme.
De hecho, terminé recargando el Bolt en casa de mis padres por miedo a terminar atrapado en el tráfico en el camino de regreso a Queens y quedarme sin batería.

Hacia el eléctrico
Después de unos días probando el Bolt, creo sinceramente que podría vivir con un coche eléctrico, a pesar de que sigo teniendo miedo a quedarme sin batería.
Por el momento, seguiré con mi Mustang, simplemente porque es genial y muy cómodo para moverme. Sin embargo, a medida que aparezcan más estaciones de carga y los fabricantes reduzcan el tiempo que necesita una batería para recargarse, sin duda me sentiré tentado a comprar un auto eléctrico.

Daniel Howley
Periodista especializado en tecnología
Editor de Tecnología

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