Colombia: El mercado de los carros eléctricos tiene cables sueltos
En Antioquia desde enero de 2016 a febrero de 2017 se han puesto en circulación 64 vehículos eléctricos, entre autos de uso particular y utilitarios. Cifras publicadas por el Runt y la Asociación Colombiana de Vehículos Automotores (Andemos).
De esos 64, entre los que están los Renault Twizy y Kangoo así como los Nissan Leaf, 5 se han comprado este año, un número bajo que debiera crecer, teniendo en cuenta que son vehículos cero emisiones y una buena ayuda para el medio ambiente, luego de la alerta ambiental por la calidad del aire la semana pasada en el área metropolitana.
Así lo creen los expertos, quienes ven en este tipo de vehículos una oportunidad de reducir las toneladas de material particulado que a diario los autos convencionales expulsan en la ciudad.
¿Por qué el uso de estos vehículos no se ha masificado en Antioquia y Colombia?
Para Pedro Cárdenas, gerente general de la marca de autos eléctricos e híbridos BYD Motor Colombia, lo primero es que el Gobierno Nacional ponga en marcha leyes que permitan la importación adecuada de estos autos.
En el momento, añade Cárdenas, se encuentra en el Congreso un decreto en curso para aumentar en 3.000 el número de autos eléctricos e híbridos que pueden ingresar a Colombia con cero arancel.
Su validez sería hasta 2030, lo que pondría de nuevo en marcha una posible masificación, tema al que le falta mucho por resolver como son precios, mitos y costumbres.
Más obstáculos
Otro inconveniente es el precio. No es secreto que un auto eléctrico dobla en valor a uno convencional. La tecnología que se usa en los primeros con su motor, parte eléctrica y baterías, lo hacen costoso.
En la opinión del ingeniero automotriz Sergio Sánchez, director nacional de convenios, negocios especiales y movilidad eléctrica de Nissan, un triunfo para la movilidad eléctrica fue la reducción del 15 % de IVA para estos vehículos al 5 %.
“No tener pico y placa, menos impuestos, zonas exclusivas de parqueo y apoyo de las aseguradoras son ideas que impactarían de buena manera a los autos eléctricos. Sin embargo, esta clase de vehículos se asimilan por precio a la alta gama y el consumidor colombiano promedio no tiene el poder adquisitivo ni la conciencia ambiental para comprarlos”, expresa el ingeniero.
Añade que como toda tecnología, con el tiempo los eléctricos tendrán un valor más asequible, pero por el momento es necesario el incentivo gubernamental.
¿Y cómo olvidar el tema de infraestructura? Existen ya varios espacios para el “tanqueo” de estos vehículos en Medellín y alrededores como las dos estaciones de carga cerca al puente de Exposiciones y la del Aeropuerto José María Córdova.
No obstante, siguen siendo pocas o por lo menos es un pensamiento de algunos, que creem que se quedarían sin carga y varados por energía.
“Las personas prefieren comprar una camioneta con siete puestos en la que, desde su visión, puedan ir a la finca sin que se queden varados. Lo que no saben es que ya tenemos baterías que superan los 200 kilómetros de autonomía y duran ocho años y más. Hay que acabar con ese mito”, reitera Sánchez.
Las fuentes consultadas coinciden en que todavía falta un largo camino para masificar el uso de los eléctricos.
“Aún no estamos listos. El mercado de eléctricos, en mi opinión, se encuentra en este momento en las flotas corporativas para empresas, pero a través de ellos se puede mostrar que los eléctricos son buenos para el ambiente. Familiarizarse con ellos podría abrirle el paso a una mayor venta entre los particulares”, concluye Cárdenas.
Fuente: ElColombiano.com
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