Europa se pone manos a la obra para frenar la invasión de bicicletas eléctricas chinas
La Comisión Europea ha confirmado que disponen de suficientes pruebas para demostrar que los fabricantes de bicicletas eléctricas chinas están recibiendo fuertes ayudas del gobierno de Pekín,
lo que les permite poder operar con márgenes por debajo del coste de
producción. Un sistema a pérdidas prohibido en Europa y sobre el que
están preparando acciones.
Para tratar de evitarlo, se pondrá en marcha un sistema de registro que obligará a los fabricantes del gigante asiático a inscribirse y pasar una serie de controles. Un formato que además indican tendrá carácter retroactivo y que busca cortar una competencia que desde muchos lugares han catalogado como competencia desleal.
Desde la Asociación Europea de Fabricantes de Bicicletas (EBMA), cuya denuncia propició el inicio de las investigaciones de Bruselas, se ha indicado precisamente el daño que estas bicicletas está provocando en las marcas europeas al tener que competir con productor altamente subvencionados por el gobierno comunista. Desde EBMA se ha pedido la puesta en marcha de este registro de forma urgente para evitar que una inundación de bicis chinas pudiese reventar esta temporada de ventas.
Como ejemplo los datos de exportaciones de algunos de los principales fabricantes chinos, como Battle-Fushida o Tianjin Golden Wheel, cuyos envíos a Europa han crecido un 82% entre noviembre de 2017 y febrero de 2018. Un crecimiento que además se ha acompañado por una reducción de los precios del 8%.
Unos nuevos aranceles que permitirá reducir la sangría que amenaza a la industria de fabricación europea, pero que al mismo tiempo para algunos puede provocar una pérdida de competitividad entre las marcas del viejo continente, centradas principalmente en ofrecer productos de muy alta calidad, pero también a precios por encima de los bolsillos menos acaudalados.
Una producción china que puede ofrecer unos precios más económicos, ayudando a popularizar una alternativa de movilidad a los vehículos convencionales, con todos los beneficios que eso puede tener para la reducción de emisiones y del tráfico.
Fuente: Reuters
Para tratar de evitarlo, se pondrá en marcha un sistema de registro que obligará a los fabricantes del gigante asiático a inscribirse y pasar una serie de controles. Un formato que además indican tendrá carácter retroactivo y que busca cortar una competencia que desde muchos lugares han catalogado como competencia desleal.
Desde la Asociación Europea de Fabricantes de Bicicletas (EBMA), cuya denuncia propició el inicio de las investigaciones de Bruselas, se ha indicado precisamente el daño que estas bicicletas está provocando en las marcas europeas al tener que competir con productor altamente subvencionados por el gobierno comunista. Desde EBMA se ha pedido la puesta en marcha de este registro de forma urgente para evitar que una inundación de bicis chinas pudiese reventar esta temporada de ventas.
Como ejemplo los datos de exportaciones de algunos de los principales fabricantes chinos, como Battle-Fushida o Tianjin Golden Wheel, cuyos envíos a Europa han crecido un 82% entre noviembre de 2017 y febrero de 2018. Un crecimiento que además se ha acompañado por una reducción de los precios del 8%.
Unos nuevos aranceles que permitirá reducir la sangría que amenaza a la industria de fabricación europea, pero que al mismo tiempo para algunos puede provocar una pérdida de competitividad entre las marcas del viejo continente, centradas principalmente en ofrecer productos de muy alta calidad, pero también a precios por encima de los bolsillos menos acaudalados.
Una producción china que puede ofrecer unos precios más económicos, ayudando a popularizar una alternativa de movilidad a los vehículos convencionales, con todos los beneficios que eso puede tener para la reducción de emisiones y del tráfico.
Fuente: Reuters
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